martes, 4 de agosto de 2009

LA CALUMNIA - THE CHILDREN'S HOUR


AUDREY HEPBURN SHIRLEY MACLAINE
JAMES GARNER
FOTO PROMOCIONAL
KAREN BALKIN
Karen y Martha
La abuela, Martha, Joe y Karen
Martha y Karen
Martha y Karen
Martha, Shirley MacLane, y Karen, Audrey Hepburn, finalizan sus estudios de magisterio y crean una escuela para niñas. Cuando mejor les está yendo, en una conversación a solas Karen le comunica a Martha que se va a casar con su prometido Joe, James Garner. En esta conversación Martha le recrimina a Karen que la abandone en aquel momento. Una alumna malintencionada y perversa llamada Mary, Karen Balkin, interpreta a su manera la conversación e, intencionadamente y con mala fé, la tergiversa de forma que al explicársela a su abuela le da a entender a ésta como si se tratase de una relación entre lesbianas, vengándose así de las maestras por sus reprimendas y castigos debidos a su mal comportamiento en la escuela.
La abuela escandalizada y creyendo a pies juntillas lo que le cuenta su nieta, no tarda un minuto en ponerse en contacto con las madres de las niñas que estudian en la escuela y, en pocos días y ante el asombro de las maestras que no saben qué está pasando, no acude ninguna.
A partir de aquí, se pone en marcha la maquinaria de una sociedad mezquina e hipócrita como era la de la época en que transcurren los hechos, años 30, y pese a las protestas de las dos mujeres y la ayuda y apoyo de Joe el novio de Karen, la acción se hace tan insoportable para la pobre Martha, por un motivo que no voy a exponer aquí, aunque totalmente previsible, por si alguien no conoce la historia.
Un ejemplo del drama y la injusticia que puede llegar a provocar una calumnia levantada por cualquier ser, siempre despreciable, como es en este caso Mary.

Película basada en la obra teatral de Lillian Hellman, la cual adaptó el argumento teatral.
Audrey Hepburn y, en especial, Shirley MacLaine, están fenomenales. Demostraron las grandes actrices que llegaron a ser a lo largo de sus respectivas carreras.
Los secundarios, ni que decir tiene que están soberbios, especialmente, por lo odiosa que se hace, la niña Karen Balkin, perfecta en su maldad.
La dirección de William Wyler, muy lejos de sus grandes superproducciones, dejó patente la fuerza que sabía imprimir a sus películas fuesen del estilo que fuesen.
Muy recomendable.

1 comentario:

EduBarra dijo...

Maligna rata perversa es la calumnia.

 

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